viernes, 29 de marzo de 2013

El lado bueno de las cosas

Es muy recomendable haber visto la película, "El lado bueno de las cosas", antes de leer este artículo.

Érase una vez un reino no tan lejano en el que las ranas se tenían que hacer príncipes y princesas y para ello no había ningún camino trazado. Muchas por no soportar lo que veían  al mirarse en el espejo, se disfrazaban de príncipes o princesas y vivían en el engaño toda su vida, sufriendo todo tipo de presiones y miedos por temor a que se supiese que eran ranas. Otras  ranas  no se desesperaban tanto y convivían con esa imagen y sin saber muy bien cómo hacer, iban trazando un camino que les condujese a algún destino. Estos últimos eran señalados por los disfrazados de príncipes, como si fuesen locos.

Las palabras clave para contar esta historia son: esfuerzo, enfado, policía, padre, madre, hermano, diferencias históricas, enfermedad mental y salud mental.
Con estas palabras intentaré hablar del “ otro lado”, esta vez psicoanalítico, con  las que podemos explicar de qué va esta película.  
El protagonista es un loco, ¿un loco?, bueno mas bien es alguien que es muy consciente de su enfado,  al que no  puede sujetar. Tanto es así que termina  cumpliendo condena en un psiquiátrico.

A diferencia de los personajes que van apareciendo, Pat, nuestro protagonista, se siente raro, puede que lo sea porque expresa libremente lo que piensa, no se ajusta a lo esperado por los demás y sobre todo actúa con sinceridad. Además se está esforzando por ver el lado bueno de las cosas pero  conociendo el lado malo y asumiéndolo, no lo hace desde la ignorancia, es muy consciente de lo que le enfada. Por eso corre para ponerse en forma, ha creado una disciplina que le haga ser fuerte, mejor persona, quiere recuperar amor, el amor, a su amor....
Pero no es fácil, suena la canción en su cabeza, la que le conecta con el enfado, y de nuevo todo el esfuerzo por ser bueno se viene abajo, vuelve a sentir rabia, dolor, impotencia...  explota..... Vuelta a empezar.

Así es como la mente va procesando el enfado y lo va transformando e integrando para que no dañe, a nadie. Son pasos que parecen de tortuga pero  son de gigante. Se está atreviendo a sentirse distinto y a experimentar emociones que lo enloquecen, pero no está loco.

¿De dónde viene el enfado?
Los renacuajos, como los niños, se dejan llevar por las transformaciones físicas que hará en ellos la biología, pero una vez que son ranas, cuando son adolescentes, han de trazar un plan, una estrategia que les conduzca a ser ellos mismos; especiales y únicos. Para lograrlo han de  salvar muchas dificultades dentro de ellos  y fuera. La historia infantil con sus enfados incluidos, hará sonar las mismas canciones que nos pueden atrapar y nos impiden crecer: “papá siempre quiso más a mi hermano”, “mamá no me defendió lo suficiente”, “nunca se sintió orgulloso de mí”, “mi hermano siempre me envidiaba”....
Pat utiliza su disciplina  para no caer en estas cancioncillas que activan  otras y estas a su vez otras, hasta que sientes ganas de matar al conductor de al lado porque “quiere ponerse por delante” “¿Quién se cree que es?” (¿mi hermano?)



Pero Pat tiene un plan, quiere dejar esto atrás y  crear un nuevo guión de manera que donde le hubiesen entrado ganas  de pegar, lo que haga sea abrazar, comprender, amar...Para ello tiene que apaciguar a sus personajes internos:  Todos los tenemos, forman parte de nuestro self y hemos de conciliarlos, conociéndolos y aprendiendo a vivir con ellos:

-El policía: es su carcelero, este que a la mínima le quiere meter de nuevo en el psiquiátrico, que no razona, que no lo perdona. Este personaje interno  le dispara la culpa, le hace sentir malo por estar enfadado, aunque sea con razón.

-Su amigo del psiquiátrico: Es lo diferente. Aparece siempre en mal momento, no encaja.  Ser diferentes nos asusta, pero si no aceptamos nuestras diferencias nos  enfermaremos. Caeremos en la locura.

-El psiquiatra: Es el camino por descubrir. Pat no  entiende que le diga “busca una estrategia”  ¿qué es eso?, se le hace confuso. Se deja llevar por una intuición y construye con esfuerzo algo nuevo. Empieza su plan. Poco a poco cobra sentido para él y para los demás. No fue fácil llegar a  la salud mental , el equilibrio psíquico.

-Padre y madre: son como  son. Ya no quiere pelear más con ellos.

Todos estos son algunos de los personajes que configuran el  mundo interno de Pat. De una manera casi absurda conviven en la pantalla el psiquiatra, el policía, los amigos, la mujer, los padres, el hermano, los amigos del hermano, el loco y su nuevo proyecto de vida representado por su nueva chica.

Para llegar a ser un adulto sano, el yo ha de poder  tolerar el caos que crean y tener la disciplina y capacidad de esfuerzo suficiente para poder orquestarlos y ponerlos en equiibrio, son puestos al servicio del sentido común del yo - Pat.  Según avanza la película toman un lugar secundario pero participativo, todos están presentes en las escenas vitales de Pat pero ahora es él  quien hace el guión.  Es un príncipe con su princesa.
Los adolescentes han de sufrir esta transformación sin camino, no les resulta fácil, han de dejar atrás muchas historias infantiles e ir al encuentro de lo desconocido. Ser príncipe o princesa no tiene manual.



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jueves, 21 de marzo de 2013

Django y lo que nos enseña la crisis


Ayer fui  a ver la última de Tarantino y antes de empezar la película pusieron los inevitables anuncios, pero esta vez, para mi sorpresa  uno me atrapó,  era de Cruz Roja y mostraba como un chico  cenaba en su casa mientras una mujer mojada y muerta de frío  lo miraba con aturdimiento y angustia. En otra escena aparecía una familia disfrutando de una agradable sobremesa mientras  eran pasivamente observados por una madre subsahariana y su bebé desnutrido.



De repente algo mágico ocurrió, las personas afortunadas de las historias, eran conscientes de que ahí mismo había alguien en apuros y sin pensarlo se levantaban a socorrerlas. La distancia invisible que los separaba al principio, había desaparecido.

Se subrayaba  algo que sabemos pero dejamos apartado  de nuestra conciencia:  la simultaneidad  con que los hechos se dan: mientras yo estoy en mi casa calentito con mis hijos cenando tranquilamente, en ese mismo momento están ocurriendo cosas que me son completamente ajenas. 

La escisión es un mecanismo mental inconsciente necesario para poder vivir, consiste en separar en nuestra mente escenas dolorosas, propias o ajenas, que de permanecer activas intensa y permanentemente  harían  insostenible la vida psíquica.
Pero puede ocurrir que si abusamos de este mecanismo sano para la vida, lo que hagamos sea debilitar nuestro yo y quedarnos sin los  recursos necesarios para darle la cara al dolor y poderlo gestionar de una manera sana, es decir, pudiéndolo ver, sentir, pensar y de este modo actuar con responsabilidad y empatía.

El problema de evitar el dolor constantemente, es que nos deja aislados, ciegos y sordos. Nos inmuniza frente al dolor ajeno,  pero también nos incapacita para atender las necesidades propias y las de los seres a los que queremos  de una manera ajustada a la realidad. Sin tomarle el pulso a la verdad, nos quedamos sin referentes que nos ayuden a saber hasta donde debemos pedir y hasta donde debemos dar. 

Así se observa en Django. El problema que trata tiene muchos elementos necesarios de análisis, pero se observa por ejemplo, cómo el personaje que interpreta Leonardo di Caprio ha quedado desbordado por este mecanismo de escisión. No es capaz de registrar cual es el límite entre el bien y el mal y por eso se convierte en un maltratador, no tiene límite para pedir, se cree con derecho a pedir la vida, pero tampoco es capaz de entender el dolor que pueda tener su hermana a la que da sin límite hasta convertirla en una muñeca de su propiedad.

Entender este mecanismo nos hará más flexibles a la hora de elegir darnos cuenta o no de determinadas cosas. Es una opción en principio difícil  pues  podemos salir mal parados, es verdad que el dolor duele, pero al contrario de lo que sospechamos en vez de debilitarnos, nos da la oportunidad de crecer y enriquecernos. Precisamente enfrentar el dolor y “cuidarlo” es lo que fortalece nuestro yo y nos hace madurar, es sin lugar a dudas la fuente  de energía psíquica mas potente.

La escisión puede que actúe cuando estamos dando por hecho que salga agua del grifo  para mi y no seamos conscientes que en ese mismo momento no lo haga para otros.  O cuando ignoramos qué significa,  que implicaciones tiene, que los lineales de los supermercados estén llenos de carne, verduras, pescado....

¿De dónde viene todo eso, que efectos tiene mi estilo de vida en los animales, en la tierra, en los otros seres humanos? ¿La escisión tendrá que ver  con la crisis?

Las crisis pueden dejarnos, por miedo e ignorancia, permanentemente dando palos de ciego para no hacernos cargo de nuestra responsabilidad o por el contrario si elegimos ver, tendremos la oportunidad de reciclarnos y mejorar. 



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jueves, 14 de marzo de 2013

Tasa por prestación del servicio de gestión de residuos urbanos o la ley de la oferta y la demanda

Sobre la ley de la oferta y la demanda la teoría dice: "hablando dentro de un mercado de competencia perfecta, el precio de un bien se situará en un "punto de equilibrio" donde la demanda sea igual a la oferta".  (portal de economía e-conomics)

La semana pasada recibí notificación del pago de la tasa por prestación del servicio de gestión de residuos urbanos (la tasa de basuras de toda la vida). Esta tasa fue desglosada del IBI y constituida como un nuevo impuesto en la Comunidad de Madrid. A mi me parece  una manera de recaudar más que un impuesto necesario para la comunidad, además me sentí estafada porque tenía que pagar algo que ya estaba pagando en el IBI.  Esta sensación la he tenido más veces y creo que no soy la única que se siente así en otras muchas cuestiones. Intenté reflexionar sobre el mecanismo psicológico que podía estar debajo.

Según vamos madurando psíquicamente, adquirimos mayor perspectiva de las cosas pero al principio en nuestra mente sólo existe uno mismo, el otro casi no tiene presencia, lo que importa es lo que quiero yo regido además por un apetito voraz: “mío”, “lo quiero todo”, “¡lo quiero ya!”

Pero si las cosas  se van dando bien, esta mentalidad infantil da paso a otra en la que este funcionamiento “corto de vista” y voraz se integrará con otros de mayor capacidad de contención del deseo, donde se quiere y se cuida al otro.

Cuando la mente va madurando importa lo que les ocurra a los otros, hay empatía y una preocupación genuina por las consecuencias que nuestra voracidad pueda tener en terceros. Por eso diría que en la mente madura de hombres y mujeres se ha incorporado la ley del padre, que pone normas de manera honesta para que los bienes sean disfrutados y cuidados por todos. Desde este estado mental mas desarrollado importa el ser humano, el mundo y su futuro.

Si volvemos a la mente menos evolucionada, que puede estar en niños y adultos, la ley del padre todavía no rige la mente y por tanto en su lugar hay otra ley sustituta: la ley del mas fuerte. Así el mundo y los otros  se contemplan como al servicio de uno mismo, disponibles para servir al deseo voraz. Desde aquí la ley de la oferta y la demanda es entendida como una oportunidad para aprovecharse de la necesidad que tienen los demás: “ahora están en mis manos” (por supuesto los adultos con este funcionamiento no lo dirán así).


Cuando la mente puede alcanzar un desarrollo mayor, la interpretación es muy distinta porque se contempla la necesidad del otro como una oportunidad de cuidar y servir a la comunidad. La semana pasada, el día 7 de marzo, en “El Pais”  entrevistaban al economista Christian Felber (autor de Economía del bien común, EBC Deusto, 2012) y decía:

“Ni el capital ni el beneficio empresarial son objetivos, sino medios”. Y añadiría que cualquier tipo de valor ético debería tener ventaja fiscal frente a un negocio gestionado con esa máxima omnipresente en los ochenta que verbalizó el personaje interpretado por Michael Douglas (Wall Street, 1987): “La avaricia es buena”. Felber simplemente piensa: “Las leyes deben invitarnos a comportarnos de forma social, responsable, empática, ecológica y solidaria”.


En el lado oscuro
Según se entienda la ley de la oferta y la demanda, estaremos creando un entorno de confianza y cooperación mutua  o todo lo contrario, un entorno de desconfianza si  lo que prima es aprovecharse y no cuidar.  En este caso es muy probable que la sensación que tengamos es de haber sido estafados, porque sin ley del padre no hay justicia, hay triquiñuelas y cuando uno  siente que ha sido estafado  se lo intenta cobrar de alguna manera… y así vuelta a empezar. ¡Sálvese quien pueda!



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jueves, 7 de marzo de 2013

Benedicto XVI y las papisas de Jodorowsky



La semana pasada quedé a cenar con unas amigas y dio la casualidad que era el mismo día que el papa Benedicto XVI renunció al papado y abandonó el Vaticano rumbo a Castel Gandolfo. Además una de mis amigas propuso ir vestidas de “papisas” siguiendo el movimiento de Alejandro Jodorowsky , para reivindicar el papel de la mujer dentro de la jerarquía eclesiástica.
A mi el tema me intrigó bastante, nunca había oído hablar de “las papisas de Jodorowsky”.  Hablamos largo y tendido del tema, de cómo se  había relegado a las mujeres a un segundo plano en la historia y como poco a poco, socialmente, eso se iba superando, pero en la jerarquía eclesiástica (y no hablamos solo de la iglesia católica) el mando seguía estando en manos de los hombres. 
Al día siguiente seguía pensando en el tema, porque había algo que no me cuadraba ¿por qué la mujer para desempeñar puestos de mando (esos que tradicionalmente han estado reservados para los hombres y en algunos casos siguen estándolo) tiene que “disfrazarse” de hombre?

Papisa Juana

De hecho la palabra “papisa” viene de la “Papisa Juana” una historia que cuenta como alrededor del año 800 hubo una mujer que accedió al papado de la Iglesia Católica disfrazada de hombre, cuando se descubrió la mentira fue lapidada. Otra vez aparece la idea de que él único camino para alcanzar los mismos derechos es mediante el disfraz.
Es algo que parece que está incorporado a la cultura, porque creo que estamos confundiendo igualdad con derechos. 
No somos iguales pero tenemos los mismos derechos. Las mujeres tendrán que encontrar su propio lugar para colocarse en igualdad, pero sin  confundirse y disfrazarse de lo masculino.  Somos diferentes y desde la aceptación de esto, a lo mejor encontramos el camino para la verdadera igualdad.
También hablamos en nuestra reunión de un libro de Doris Lessing “La grieta”. El libro trata de una comunidad solo habitada por mujeres, donde los niños son concebidos por la luna o el mar. Por miedo a los “atributos” masculinos abandonan a los varones en una roca donde mueren hasta que un bebé varón es salvado por un águila y criado por animales.  De esta manera las mujeres y los hombres se encuentran y ambos entienden que necesitan el uno del otro.
Quizás habría que empezar por aceptar las diferencias.
Desde el nacimiento el bebé va incorporando poco a poco la función materna, que es imprescindible para su supervivencia: el calor, la ternura, el piel con piel, etc. Pero sin la función paterna no podría crecer y desarrollarse: los límites, la diferencia, la capacidad de separarse, etc.  Es mediante la unión de ambas funciones, la incorporación en su estructura mental de lo paterno y lo materno, como los hombres y las mujeres serán capaces de pensar, crear e imaginar.
Si se hace un proceso de integración de ambos aspectos en la mente, se tolerará el conflicto que provoca lo nuevo, lo distinto, con sus consecuentes frustraciones.  Si esto en la mente no se ha podido hacer, lo más probable es que nos defendamos de aceptar lo diferente en nuestra vida y rechacemos aquello que no comprendemos, que no nos es próximo, como le ocurrió a la Papisa Juana y a los niños varones en el libro de Lessing. Porque en un esquema así la única posibilidad que queda es disfrazarse, ser igual. 
Sin no se hace este proceso de crecimiento y maduración los caminos que encontramos para alcanzar los mismos derechos son siempre iguales, carecen de creatividad.  Construimos sociedades fundadas únicamente en lo masculino o únicamente en lo femenino.
Lo paterno y lo materno, lo masculino y lo femenino es lo que nos enriquece, es de donde parte el verdadero conocimiento.



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