viernes, 21 de junio de 2013

Muere James Gandolfini, el actor que dio vida a Tony Soprano

Estábamos echando un vistazo a las noticias de la semana cuando nos hemos topado con  la muerte de James Gandolfini, a las dos nos enganchó la serie de "Los Soprano".







Uno de los capítulos que más nos impactó fue aquel en el que violaban a la psiquiatra Jennifer Melfi (Lorraine Braco) y el violador salió impune por un error policial en la detención.

La relación de Tony Soprano (James Gandolfini) y su psiquiatra hasta entonces había sido tensa, la entrada de Tony en la consulta hacía estremecer a su psiquiatra en una mezcla de miedo y admiración.  Tony buscaba la manera de hablarle de sus conflictos y angustias sin romper la regla que ella había establecido al comienzo de la terapia: si usted me cuenta sobre sus crímenes voy a tener que denunciarlo.

En la sesión con Tony tras la violación, este intuye que  ha pasado e intenta saber si puede ayudarla de alguna manera, ella rechaza la ayuda, pero en una sesión posterior de la Dra. Melfi con su propio analista le relata un sueño donde su violador es atacado por un perro rottweiler, ella se da cuenta de que ese perro representa su deseo más violento de venganza y describe su sensación de poder, sabe que una palabra suya bastaría para que Tony Soprano se hiciera cargo, pero una cosa es su deseo y otra muy diferente  "romper el pacto social".

El pacto social, es aquel por el cual todos los miembros de una comunidad se comprometen a ajustarse a unos códigos sociales para resolver sus diferencias. La doctora Melfi intenta seguir este pacto y actuar de acuerdo a el ¿pero que pasa si el pacto social falla? 

En otra escena de este capítulo Tony recrimina a su hermana por haberse metido en un lío y dice, ahora te han pegado y yo me voy a tener que hacer cargo de esto. Esta vez la manera de resolver las diferencias se hará a través de la ley de la mafia

¡Que fácil sería a veces que un mafioso se encargara de vengar y hacer realidad nuestras más terribles fantasías! 
La diferencia entre la hermana de Tony y la Dra. Melfi, es que esta última es capaz de reconocer su rabia y deseos de venganza y no permite que el odio sobrepase su fantasía.  La hermana de Tony no tendrá ningún problema para que su "rottweiler" ataque al no disponer de recursos en la fantasía que la permitan pensar  y elaborar el dolor sin actuarlo. 

Lo que diferencia estas dos maneras de resolver los conflictos es en la confianza  que se tiene en que el pacto social, que aunque falle te permite tolerar la frustración del fallo, como le pasa a la doctora Melfi.  Cuando no hay confianza en el pacto social se resuelven los conflictos de manera mafiosa, porque como dice Tony ¿como haces para que la gente te haga caso?

No nos estamos dando cuenta de las consecuencias que puede tener desvirtuar la confianza en el  pacto social, la mentalidad colectiva cambia y esto puede dar lugar al "sálvese quien pueda".  

¿Cuales son los elementos que rompen esta confianza?  La deshonestidad, la falta de valores, la pérdida de respeto...todo  esto va calando en la desconfianza social, crece la sensación de que nadie va a hacer nada por ti y que si pueden aprovecharse lo harán.  El pacto social se incorpora en la infancia, por eso es tan importante tratar a los niños honestamente, con respeto, con cuidado, con límites, deben aprender que ellos tienen que respetar y cuidar al otro.  Los adultos estamos siendo muy poco cuidadosos y estamos dejando a los niños sin un pacto lo suficientemente sólido para que cumpla con su función: la estabilidad y el bienestar social.



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viernes, 14 de junio de 2013

Messi, Urdangarin, Bárcenas,José Blanco,.....suma y sigue

La idea de que Messi esté defraudando a Hacienda, a mi por lo menos, me deja en shock ¿Messi? pero si es como un niño genuinamente bueno, incapaz de romper un plato...y el fraude supuestamente asciende a ¡varios millones de euros! esto me deja la moral por los suelos, no porque yo sea culé, sino porque si Messi lo hace...

Ultimamente cuando lees el periódico se te cae el alma a los piés, todo el mundo acusa o es acusado de robar, malversar, prevaricar, los políticos, la familia real, los sindicalistas, los deportistas.  Parece que el barco se está hundiendo y las ratas corren para ver quien se salva.  Es como si el "código de los ladrones" se hubiera roto, ese que dice: yo no cuento lo tuyo y tu no cuentas lo mío... y ¡claro! roto el pacto no paran de salir trapos sucios por todas partes y esto genera un clima de indignación generalizado y de desmoralización.

Me pregunto por qué lo harán, porque a Messi dinero no le iba a faltar.  Me imagino que una vez dentro de este sistema fraudulento que hemos creado si declaras todo lo que ganas y pagas religiosamente eres un pringado.

En nuestro post anterior escribíamos sobre adolescentes y a lo mejor estos dos artículos están relacionados. Precisamente porque vivimos en una sociedad eternamente adolescente, lo que se hace es burlar a la autoridad como un proceso de diferenciación del adulto, como estrategia para definir su identidad.  El otro día una chica de 15 años decía a su madre "mamá dime de todos estos trajes cuales te gustan, no vaya a elegir los mismos que tú", claro, porque si los eligiera, sería como mamá y los adolescentes lo que quieren es no tener nada que ver con los adultos.

Cuando el adolescente alcanza cierta seguridad ya no hace las cosas para saltarse las normas, empieza  a reivindicar sus propios criterios amparados por la ley de lo que es justo. Si una etapa de nuestra evolución psíquica se caracteriza por la búsqueda de justicia es precisamente  la adolescencia.  El adolescente maduro se empieza a diferenciar de su grupo y a ejercer autoridad sobre sus actos. El grupo ya no es su guía, no hace lo que haga el resto.

Los adultos que no llegaron a sentirse distintos de la manada, con su propio criterio y responsables en conciencia de sus actos, son aquellos que luego se dejan llevar por modas y tendencias de opinión, los que se adhieren con facilidad a lo que diga el más fuerte, son la masa irresponsable que hace atrocidades desde el anonimato.

Quizás sea por esto que la corrupción está al orden del día y cuando se les pregunta a los corruptos, ninguno parece tener conciencia de haber hecho nada malo, todos en su “grupo” hacen ese tipo de “gamberradas”

viernes, 7 de junio de 2013

Multas a los padres que no impidan las borracheras graves a sus hijos


Este es el titular de una noticia publicada en "El País" el 5 de junio de 2013.  La polémica está servida: ¿quien es el responsable de que los menores beban? Para  algunos padres la responsabilidad está en los comerciantes que no deben vender alcohol  a menores, para otros son las fuerzas de seguridad que permiten los botellones en las vías públicas.   Estas pueden ser medidas necesarias pero no suficientes para limitar el consumo en menores, por esto nos gustaría pensar en el papel que juegan los padres y cuales son sus dificultades y responsabilidades.
Cuando los padres señalan a otros para que se hagan cargo de controlar a sus hijos es quizás porque se sienten muy desbordados e incapaces de saber cómo hacerlo.  Culturalmente los adultos nos estamos quedando más infantilizados y con esto queremos decir que hay una dificultad en nuestra sociedad para funcionar como personas maduras y responsables.  Actualmente da la sensación de que una persona adulta cuanto más jovial física y mentalmente parezca, más se le valorará, es como si no estuviese bien visto ser adulto y responsable, con todo lo que ello conlleva, queremos ser eternamente jóvenes e ¿irresponsables?   
Todo está pensado para que el mundo lo dirijan los jóvenes (no necesariamente de edad, sino de mentalidad), estamos creciendo en un entorno donde lo que se potencia es, por ejemplo en los medios de comunicación y publicidad, esloganes como: !no te pares! !el mundo no tiene límites! !salta las barreras! Los avances médicos han facilitado mucho la fantasía de eterna juventud, a nuestro abuelos ni se le pasaba por la cabeza la idea de que si les fallaba el hígado a lo mejor se lo podían clonar o  ¿por que no los ojos?  Todo esto genera la sensación de que podemos ser eternamente jóvenes.

La idea de padre con la que muchos hemos crecido, padres a los que respetábamos, con autoridad suficiente para marcar los límites y con las ideas muy claras sobre lo que se podía o no se podía hacer, parece que se ha diluido.

Creemos que de lo que habría que hablar es de la impotencia y la inseguridad que sienten muchos padres a la hora de limitar ciertas conductas en sus hijos. Parece que la adolescencia se está alargando eternamente y esto muchas veces  nos hace sentir sin la autoridad suficiente para educar. 
Es muy difícil queriendo ser adolescentes poner límites a otro adolescente, en todo caso querremos ser su amigo y así,  encontramos el camino "fácil" que es el de permitir muchas conductas en nuestros hijos desde que son pequeños, con tal de ahorrarnos el trago de las rabietas y los enfados.  

El otro día una madre me preguntaba que podía hacer con su hija de 8 años, que a la hora de vestirse siempre entraba en conflicto porque quería hacerlo a su manera, la madre me contaba que ella daba varias opciones y la dejaba elegir ciertas cosas pero todo dentro de un límite, pero esto no era suficiente e invariablemente el tema acababa en enfado y pelea. Lo que más le extrañaba a esta madre era que su hija en todo lo demás era una niña en general obediente y fácil.  Le hablé de que a lo mejor su hija necesitaba enfadarse con ella, probar donde estaban los límites y hasta donde le iba a permitir llegar y que además este era un buen ensayo para cuando llegara la adolescencia, porque ya habría aprendido a  que hay ciertas cosas por las que su madre no iba a pasar.

Los adolescentes necesitan romper límites y normas pero también que haya alguien que los mantenga a raya.  Ayer en el programa de Onda Cero de Carlos Herrera se debatió el tema que hoy nos ocupa, los oyentes llamaban y daban su opinión, muchos buscaban responsables y se intentaban liberar de la culpa pero otros lo tenían muy claro: los límites y las normas son importantes y eso es algo que se tiene que aprender en casa, no se puede delegar en el gobierno, el colegio... Javier (minuto 37,24) un agricultor padre de una hija de 13 años decía que él lo tenía claro, había que educar en casa, poner límites y sobre todo tener criterios propios, no dejarse llevar por lo que otros hacían.



La adolescencia es una etapa que asusta a muchos padres, pero a lo mejor asusta tanto porque temen que rivalicen con el adolescente que todavía siguen siendo, si el adulto no tiene claros los límites, si busca la eterna juventud, si no tiene claro lo que se debe y lo que no se debe hacer ¿como va a educar? a lo mejor por eso muchas veces exigimos que lo haga alguien por nosotros.



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