La idea de que Messi esté defraudando a Hacienda, a mi por lo menos, me deja en shock ¿Messi? pero si es como un niño genuinamente bueno, incapaz de romper un plato...y el fraude supuestamente asciende a ¡varios millones de euros! esto me deja la moral por los suelos, no porque yo sea culé, sino porque si Messi lo hace...
Ultimamente cuando lees el periódico se te cae el alma a los piés, todo el mundo acusa o es acusado de robar, malversar, prevaricar, los políticos, la familia real, los sindicalistas, los deportistas. Parece que el barco se está hundiendo y las ratas corren para ver quien se salva. Es como si el "código de los ladrones" se hubiera roto, ese que dice: yo no cuento lo tuyo y tu no cuentas lo mío... y ¡claro! roto el pacto no paran de salir trapos sucios por todas partes y esto genera un clima de indignación generalizado y de desmoralización.
Me pregunto por qué lo harán, porque a Messi dinero no le iba a faltar. Me imagino que una vez dentro de este sistema fraudulento que hemos creado si declaras todo lo que ganas y pagas religiosamente eres un pringado.
En nuestro post anterior escribíamos sobre adolescentes y a lo mejor estos dos artículos están relacionados. Precisamente porque vivimos en una sociedad eternamente adolescente, lo que se hace es burlar a la autoridad como un proceso de diferenciación del adulto, como estrategia para definir su identidad. El otro día una chica de 15 años decía a su madre "mamá dime de todos estos trajes cuales te gustan, no vaya a elegir los mismos que tú", claro, porque si los eligiera, sería como mamá y los adolescentes lo que quieren es no tener nada que ver con los adultos.
Cuando el adolescente alcanza cierta seguridad ya no hace las cosas para saltarse las normas, empieza a reivindicar sus propios criterios amparados por la ley de lo que es justo. Si una etapa de nuestra evolución psíquica se caracteriza por la búsqueda de justicia es precisamente la adolescencia. El adolescente maduro se empieza a diferenciar de su grupo y a ejercer autoridad sobre sus actos. El grupo ya no es su guía, no hace lo que haga el resto.
Los adultos que no llegaron a sentirse distintos de la manada, con su propio criterio y responsables en conciencia de sus actos, son aquellos que luego se dejan llevar por modas y tendencias de opinión, los que se adhieren con facilidad a lo que diga el más fuerte, son la masa irresponsable que hace atrocidades desde el anonimato.
Quizás sea por esto que la corrupción está al orden del día y cuando se les pregunta a los corruptos, ninguno parece tener conciencia de haber hecho nada malo, todos en su “grupo” hacen ese tipo de “gamberradas”
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