El otro día una amiga mía me contó que los Toyotas son coches cotizados, por alguna razón que ambas desconocemos, en Malí (quizás sea extensible a otras regiones de África...). Ella vendió la semana pasada su coche a Zacarías, un maliense que se dedica a llevar desde hace once años coches de segunda mano desde España a su país. Mi amiga quedó sorprendida de lo honesto que fue, no intentó que bajara el precio, ni regateó en el último momento,.. aceptó el precio considerando que era lo justo y lo que él estaba dispuesto a pagar. Una vez hecha la venta, Zacarías observó una irregularidad en la dirección del coche, le preguntó a mi amiga si sabía de la avería y ella le contestó que no sabía que el coche tuviese ninguna avería. El dijo "tu no saber bien de esto, yo sí". Así quedó la cosa, mi amiga pensando qué hacer; si debería hacerse cargo de la reparación o si ya que estaba vendido desentenderse de la avería del coche....
Lo que ocurrió después fue sorprendente. Zacarías llamó para decir que ya estaba reparado, que se trataba de una pieza que fijaba no se qué pieza...y que la reparación había costado 150 €. En este punto mi amiga le dijo que colaboraría con el coste de la reparación, pero Zacarías le dijo: "no, para ti tu coche estaba bien, es para mí que estaba mal porque tengo que hacer 6.000 km., lo debo pagar yo".
Cuando las cosas no salen como esperamos nos frustramos, y nuestro impulso primitivo puede ser deshacernos de la frustración y colocársela a otro. No estamos acostumbrados a aceptar los costes que tiene cualquier intercambio, siempre se gana algo pero tambien se pierde algo.
Podríamos llamar "basura" a aquello que nos incomoda y no queremos tener dentro, pero resulta que esta basura es con la que se hacen buenas acciones, relaciones de amistad para toda la vida, es la materia prima con la que se construye el conocimiento y la madurez. Si "reciclamos" inventamos maneras de que la realidad sea sensata.
Si nos desprendemos de la basura poníendosela a otro, cambiamos las reglas del juego al hacer trampas, falseando la realidad y sin hacer el trabajo necesario para generar riqueza psíquica.
Zacarías demostró tener un buen sistema de reciclado a prueba de tentaciones, aceptando la realidad y las reglas del juego. Es muy probable que su mundo emocional en muchos sentidos, sea un mundo limpio, generador de recursos, vinculos, amigos.... hay juego limpio.
Otro tema es qué pasa con la basura, esa que mandamos en contenedores (electrodomésticos, coches, etc. que ya no cumplen las normas mínimas de seguridad y limpieza ecológica) a paises que por dinero se encargan de acumular como vertederos, ennegreciendo sus lagos, contaminando su tierra, intoxicando su aire. Buscamos personas que no sean como Zacarias, sin ese código de honor tan bien definido, al que poderle hacer trampas.
Cuando superamos el dolor que supone "no salirnos con la nuestra" no ganar a cualquier precio, nos ennoblecemos psíquica y emocionalmente, construimos un mundo mejor dentro (psiquico) y fuera (con los otros).
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