Esta semana se ha anunciado la noticia del acuerdo comercial entre la compañía Vodafone y Metro de Madrid, por el que la Línea 2 del Metro pasará a llamarse línea 2-Vodafone y la estación de Sol pasará a llamarse Vodafone-Sol, a cambio de 1 millón de euros anuales durante 3 años.
Esta noticia en frío y con la información que nos han dado, podría ser una buena noticia, ¿pero realmente lo es?
En los medios van apareciendo datos del acuerdo: ...El cambio en la denominación de la línea 2 incluye la integración de los logos de Vodafone en varios de los elementos de las estaciones: en los accesos, en los directorios de los vestíbulos y pasillos de todas las estaciones, en los directorios de los andenes, en los teleindicadores, en los trenes de la línea, así como en los vestíbulos, andenes, pasillos y trenes del resto de estaciones de la red donde se mencione la correspondencia con la línea. Asimismo, el nuevo nombre de la línea se indicará en el plano oficial de la red de Metro, así como en la web y en la aplicación móvil desarrollada por el suburbano. En el caso de Sol, el nuevo nombre de la estación estará visible en accesos, vestíbulos, pasillos y en toda aquella señalética de la red en la que aparezca.
De este modo, la transformación de las instalaciones será visible para los más de 65.000 viajeros diarios en la estación de Sol, así como los más de 122.000 viajeros que cada día transitan por toda la línea 2, los más de 30.000 usuarios diarios con los que cuenta la web de Metro y los destinatarios de los millones de planos que se reparten en la red.
En este acuerdo, se incluye, por otro lado, la posibilidad de que Vodafone realice actividades comerciales en las instalaciones de la línea 2, pero su presidente, Francisco Román, no ha adelantado qué tipo de acciones se van a llevar a cabo por razones de competencia comercial, ha explicado... RADIO MADRID / EUROPA PRESS 23-04-2013
¿Donde están los límites? ¿Hasta donde se puede dar?
Entendemos que nuestros dirigentes, al igual que unos buenos padres cuando toman una decisión, lo hacen pensando en las consecuencias; si eso va a ser bueno para nosotros, para nuestro desarrollo, si nos va a dotar de oportunidades para el futuro, etc. Para poderse mantener fieles a estos principios habrá veces que tengan que decir no, porque no todo vale.
![]() |
Imagen de la película "Diarios de motocicleta" |
En situaciones de crisis, conflicto y tensión es más difícil mantener la cabeza en su sitio, sin perder de vista los objetivos básicos para cuidar. Sometidos a la presión del aquí y el ahora, muchas veces a los padres les cuesta mucho pensar con claridad y es aquí donde se pueden abrir paso ideas que en otros momentos de mayor serenidad jamás habrían sido contempladas. Por ejemplo, pensando en adolescentes se nos ocurre el típico caso del adolescente que no para de suspender, los padres desesperados no saben como reconducir la situación y llegan a ofrecer por un aprobado, algo que en condiciones normales jamás se les hubiera pasado por la cabeza darle, porque en el fondo saben que no es adecuado ni bueno para su hijo. El aprobado si lo es, la recompensa no.
Es en estos momentos donde a lo mejor no
se hace una reflexión profunda para saber a que se está diciendo si, que es lo
que se está aceptando y que coste va a tener. Si este
funcionamiento se va perpetuando, con el tiempo no se podrá diferenciar que es
lo correcto de lo incorrecto y quizás, como ahora, el único indicador que
tengamos para valorar si está bien o no sea la cantidad de dinero que nos dan.
Reservados todos los derechos. Prohibida su reproducción total o parcial sin autorización de las autoras.