![]() |
Arbol de los mensajes |
No deberíamos estar hablando de adolescentes en relación al Madrid-Arena, pero la verdad es que allí estaban. La queja social está en que fallaron los limites externos, es decir los controles de entrada al recinto, pero debemos ir mas allá y pensar en qué pasó con los limites internos.
Vamos a explicar a que nos referimos con límites internos:
Tener limites internos es tener “cabeza”, pero esto de tener cabeza es un proceso que se desarrolla en la relación padres-hijo, en la que se dota al niño de herramientas mentales para diferenciar lo que está bien de lo que está mal, lo que se debe y lo que no, lo que se puede y lo que no. En definitiva diferenciar claramente que es cuidar y que es descuidar.
Desde el nacimiento el niño está aprendiendo todas estas diferencias y somos los padres los encargados de este aprendizaje. Enseñamos que rojo es parar y verde es cruzar, les educamos en la autonomía para que se sepan vestir, les enseñamos a cuidarse, que puedan discriminar dónde están los peligros; no hablar con extraños, les enseñamos a aceptar las normas, ser honesto y respetarlas; no se coge el dinero de mamá, no se miente. El dotar de cabeza a nuestros hijos es un proceso gradual, desde la infancia hasta la edad adulta pasando por la adolescencia.
Los adolescentes no son adultos, están en el camino para serlo. Todavía necesitan de la ayuda y supervisión de los padres para seguir construyendo los pilares sólidos que serán necesarios para constituirse como un verdadero adulto. Además suelen sobrevalorar sus capacidades y las circunstancias externas, llegando a ser en sus juicios de valor muy temerarios.
Los padres a veces confunden informarse, con espiar, por ejemplo meterse en su cuenta de Tuenti, en su e-mail,etc. Informarse es por ejemplo saber dónde van nuestros hijos, a que tipo de sitios van, desde que edad, que se va a hacer allí.
Esta información está publicada, todos podemos ver el cartel anunciador de la fiesta donde aparecía un hombre sobre una chica en bragas a la azotaba en el trasero. No estaba permitido el acceso a menores de 18 años.
Nuestros hijos menores de edad salen por la noche e incluso hacen comentarios como: “el otro día casi me quedo sin el carnet de Pepe -¿y eso? – pues porque para entrar en una discoteca lo utilice y el de la puerta decía que no era yo y lo pelee tanto que se lo creyeron”
Esta situación que hemos presenciado se dio entre un hijo y familiares. Nadie tuvo nada que objetar al adolescente de 16 años por utilizar el carnet de su hermano mayor de edad para entrar en un sitio cuya entrada estaba limitada a los 18 años. Esta es una transgresión de la Ley. Pero la Ley no es solo un cartel que diga prohibida la entrada, esta es la última barrera, tiene que haber otras antes, que quizás sean las que construyen esa “Cabeza”. Los padres tienen la obligación de crear en sus hijos una buena interiorización de los límites y no deben olvidar que aunque el adolescente se está acercando a la edad adulta, todavía no lo es.
Reservados todos los derechos. Prohibida su reproducción total o parcial sin autorización de la autora
Reservados todos los derechos. Prohibida su reproducción total o parcial sin autorización de la autora
No hay comentarios:
Publicar un comentario