"El FC Barcelona obliga a sus canteranos a aprender catalán por contrato desde los 10 años e impregnarse de los valores de la sociedad catalana" (ECD 4 de julio de 2013)
Este tipo de noticias está cargada con dinamita y lo decimos porque provocan tal polémica que quizás impidan pensar en lo importante de la noticia, que en este caso son los niños. Leyendo los comentarios que ha suscitado la noticia (los podeis ver en el link), de niños nadie habla. Ha generado un debate de unos contra otros, catalanistas vs. anticatalanistas.
Es muy curioso con que facilidad los adultos nos podemos convertir en niños que lo que quieren es tener la razón y terminamos diciendo eso de "...y tu más". Para poder vencer la rabia infantil que puede suscitar cualquier tema, se requiere de una capacidad para tolerar la frustración y la espera. Cuando nuestros funcionamientos adultos salen a nuestro rescate, podemos transitar por estas primeras fases turbulentas y finalmente podremos pensar. En este caso el debate no ha pasado de la pelea, nosotras nos preguntamos ¿que pasa con los niños?
Los adultos estamos obligados a proveer de recursos y herramientas en el proceso educativo, que finalmente permitan que los niños sean ellos mismos y tengan su propio criterio. Cada familia intenta educar a sus hijos para darles las mejores posibilidades, pero cada una lo hace con un estilo y valores propios y esto hace que en un grupo los niños sean muy parecidos por edad, por intereses, por gustos, por necesidades, pero a la vez muy distintos. Esto enriquece y da mayor perspectiva, las cosas no son solo como las hacemos en mi casa.
A los 10 años los niños necesitan psicológicamente ampliar su horizonte, están muy cerca de la preadolescencia, momento crucial en la vida porque se pasa de un funcionamiento más obsesivo (rígido, obediente, repetitivo...) necesario en la primera infancia, a un funcionamiento donde el niño empieza a tener mayor capacidad de comprensión y amplitud de miras. Si en este momento no se permite que la mente del niño contemple que hay diferencias, que no todos son iguales a ellos, ni piensan lo mismo y que cada uno de ellos tiene su sistema de valores, estaremos poniendo muchas trabas para que puedan superar esta fase evolutiva.
Por eso nos sorprende que el Barça apele a una necesidad cultural, para en lugar de abrir las posibilidades de conocimiento y comprensión de la vida, imponer algo que implica perder la identidad individual en aras de una "identidad colectiva", sin tener en cuenta que los niños necesitan pasar por la diversidad: que unos hablen castellano, otros catalán, que unos celebren las victorias con sardanas y otros como quieran, pero sobre todo que lo hagan de una manera natural que les salga de dentro.
Si no ayudamos a los niños a salir de lo obsesivo, de que todo tiene que ser igual para estar bien, no les estaremos ayudando a crecer e impediremos que puedan multiplicar sus recursos internos, porque desde este funcionamiento igualitario serán adultos muy obedientes, poco pensantes y previsibles,.... poco creativos y maduros.
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